Un
diamante en bruto no puede dejar de ser un diamante. Este es el destino de “Las
crónicas del Ángel: La noche roja” de Marisol Sales Giménez. Quizás la obra no
sea el Quijote y su trama similar a otras de su género, pero yo no le pido más
a una joven de 15 años, que es capaz de levantar con sumo cuidado la
arquitectura de una novela cuidando registros orales y componiendo el
rompecabezas en un mosaico colorido.

Sus
personajes, como ella misma reconoce, crecen parejos a su autora. En algún
momento alguien realizará un estudio sobre el crecimiento literario de J K
Rowling profundizando en el mundo victoriano o en la temática de Shakespeare al
tiempo que escribía la saga de Harry Potter. Algo similar sucede en estos
personajes que ya apuntan maneras. Lejos de parecer sujetos cerrados y planos,
destilan en ellos pinceladas que presagian una evolución interesante.
Esta
muchacha, con acierto, deja la puerta abierta a la continuación de una saga que
se desarrolla y evoluciona entre el mundo real y fantástico. Marisol destila
imaginación y un cierto toque de humor. Recomiendo a los lectores el capítulo
dedicado al manicomio y la escena del perro.
También
descubrimos su interés por la exactitud y los pequeños detalles a través de
unas descripciones que recrean el entorno plasmando de colorido la historia,
visualizando el contexto en el que se desenvuelven los personajes y su, por
expresarlo de alguna manera en este tipo de novelas y con una autora tan joven,
factor psicológico en los objetos y situaciones. El efecto sobre Ángel, el
protagonista, de la cena previa a la batalla tiene un factor decisivo para los
acontecimientos posteriores. La ambientación del mundo que rodea a William nos
muestra un personaje singular.
Un mundo
creado por Marisol que, de forma involuntaria, desvela cierto interés social,
como el caso de las relaciones padres/hijos, la necesidad de adaptarse a los
cambios (los protagonistas sufren una mutación que les hace “diferentes”) o la
importancia de los abuelos en la formación de los nietos.
Un mundo
espiritual, un mundo diabólico, la eterna lucha entre el bien y el mal, pero
¿será siempre así? Recomiendo la lectura de este libro a los jóvenes y a los no
tan jóvenes. A estos últimos para que descubran que nuestros hijos no son tan
autómatas como parecen y no necesitan de tanto artilugio informático. Por
cierto, admiro a nuestra autora por su valentía, pero también por otros
factores que me han dejado sorprendido. ¡Sus borradores los realiza sobre el
folio!; después los pasa al ordenador.
La conocí
cuando la entrevisté en El hidalgo de las
palabras de RwRadioDigital el día 21 de octubre de 2015. Ese día quedé gratamente
sorprendido con algunas de sus respuestas. En uno de los momentos de la
entrevista la pregunté con quién se identificada, pensando que su respuesta se
ubicaría en alguno de sus personajes. En cambio respondió que ella era la
autora y que un autor debe conocer y dosificar lo que hay de él en cada sujeto.
Respuesta digna de considerar y comparar con otros autores consagrados. Aconsejo
la entrevista, no por mi humilde intervención sino por las sorprendentes y
maduras contestaciones que ofreció a los oyentes.
Por algún
motivo será que este libro es de lectura obligada en 53 colegios españoles. Un
libro digno de ser analizado y estudiado por los más pequeños y que despierta
su interés por la lectura y, también, por la creación literaria.
es chulo
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