Poco conozco de tí.
Tal vez tu voz armoniosa
y tu simpática risa
que hace las horas más cortas.
Hablas de tus ojos feos,
dicen que van a la contra
y que tu cuerpo de mimbre
es de una talla muy corta.
¡Qué más quisiera una diva
tener tu gracia y soltura.
No me llores, reina mía,
vive como las alondras
que solo por ser mujer
lo de más está de sobra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario