Hay verbos que entrañan especial dificultad entre los españoles y que son dignos de análisis. Veamos algunos casos según su conjugación.
Verbo acabado en –ar:
Ejemplo: perdonar.
Se usa a regañadientes, por obligación y cuando no queda más remedio.
Yo perdono
Tú perdonas
Él/ella perdona
Nosotros/nosotras perdonamos
Vosotros/vosotras perdonáis
Ellos/ellas perdonan
Verbo acabado en –er.
Ejemplo: reponer.
Solo usado por los trabajadores y cuya comprensión desapareció hace décadas entre las clases altas.
Yo repongo
Tú repones
Él/ella repone
Nosotros/nosotras reponemos
Vosotros/vosotras reponéis
Ellos/ellas reponen.
Verbo acabado en –ir:
Ejemplo: dimitir.
Conjugación censurada que pronto desaparecerá del diccionario por ser ofensiva para los oídos de la casta política.
Yo dimito.
Tú dimites
Él/ella dimite
Nosotros/nosotras dimitimos.
Vosotros/vosotras dimitís.
Ellos/ellas dimiten.
Resulta interesante observar la importancia de los tiempos verbales en la relación hablante/oyente. Si el tiemplo empleado es pretérito, su uso supone la reafirmación moral, orgullo e incluso vanidad para el hablante, en cambio, si se utiliza en futuro, la duda y la sospecha de falsedad ensombrecen la credibilidad del oyente.
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