Balada sobre un hecho tristemente real, balada tan triste como el suceso, balada tan trágica como sus vidas. ¿Cuándo el ser humano será capaz de superar sus miserias? Miseria y podredumbre, odio a lo diferente, negación a los cambios. Solo Dios basta, pero que triste que los hombres sigan siendo incapaces de tener magnanimidad o quizás una pizca de compasión. Tal vez olvidamos el sentido de la justicia con tanta frecuencia que nos resulta imposible reconocerla en la vida cotidiana.
Parece ser que estos hombres fueron condenados a pena de muerte (silla eléctrica – sería por estar en invierno para permanecer calentitos) por un delito que no cometieron y que en el juicio la acusación se centró en sus ideas políticas.
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