“Díjome la muerte:
- ¿Qué miras?
- Miro – respondí – el infierno, y me parece que lo he visto otras veces.
- ¿Dónde? – preguntó.
- ¿Dónde? – dije yo -. En la codicia de los jueces, en el odio de los poderosos, en las lenguas de los maldicientes, en las malas intenciones, en las venganzas, en el apetito de los lujuriosos, en la vanidad de los príncipes.” – Francisco de Quevedo.
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