Me iré en silencio,
con la tranquilidad
de que el otoño
no sea el vacio,
ni el final, ni el fondo,
sino un nuevo empezar
de mi felicidad.
Pues todo depende
de cómo lo quieras mirar,
vaso lleno, vaso vacío,
pesada broma
de un tiempo perdido.
Para ti acaba,
para mí empieza,
a mí me abraza,
en ti tropieza.
Ven a mi lado
y llena las manos,
de vida y despertar. (Miguel Navarro)
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