Paradoja:
En literatura la paradoja es una
figura retórica que consiste en la unión de dos ideas que en apariencia parecen
imposibles de concordar. Su función es invitar a la reflexión. Pongamos varios
ejemplos: “Así es su complicada sencillez”; “sueño despierto cada día”; “muero
por vivir y no vivo más que para morir”.
A continuación algo que parece un
chiste mas, por desgracia, no lo es.
Llega un sacerdote católico y, con su
cara bondadosa y oronda, llena de felicidad, no habla de la situación en que
vivimos, de lo mal que está todo y de que es necesario cambiarlo.
Después viene un pastor protestante, entiéndase
luterano, calvinista, anglicano, presbiteriano, etc., nos predicará lo mal que están
las cosas e insiste en que hay que cambiar el mundo.
Un religioso de cualquier otra
religión, con todos mis respectos y siempre bajo su perspectiva, procederá de
igual manera manteniendo lo necesario que es cambiar cuanto nos rodea.
Cualquier ONG, católica o no, nos
mostrará el tremendo abismo que existe entre el primer y el tercer mundo,
también con el cuarto mundo (por si no sabías también existe un cuarto mundo
que está más cerca de lo que imaginas), las profundas diferencias que siguen in
crescendo y lo imperioso que resulta tomar medidas urgentes.
Después vendrán los políticos, ¡esos
sí lo saben todo!
Empezaremos con los de derechas, en
España los populares que son los que gobiernan, y su discurso justificará lo
mal que andan las cosas así como la necesidad de cambiarlo todo para que las
cosas mejoren.
Después los de la oposición,
entiéndase socialistas y algunos partidos de izquierdas, las cosas andan peor
que mal y hay que tomar medidas urgentes para cambiarlas.
Tal vez lleguen los de extrema
derecha, aunque lo nieguen en muchos puntos coincidentes con la extrema
izquierda, y predicarán la necesidad de llevar un cambio a la sociedad.
La extrema izquierda tampoco se
quedará corta en sus manifestaciones sobre la urgencia de llevar a cabo un
cambio radical del mundo.
Para finalizar los que ahora se
llaman transversales, esos que dicen que toman lo mejor de cada uno, y también
demostraran que la necesidad es vital para conseguir que avancemos.
Y yo, pobre pecador miope, me
pregunto: ¿a qué narices esperamos para cambiar el mundo?
Paradoja:
todos quieren cambiar el mundo pero seguimos estancados en el mismo punto de
siempre.
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