SONETO A UN ESPEJO DE UNA DAMA (i)
En ese
cristal puro y transparente,
divino
espejo, contemplar pudiera
la viva
luz, la imagen verdadera
de mi
querido sol resplandeciente.
Mas su
temida, respetada frente,
resplandece
en tu luna de manera,
que en mis
turbados ojos reverbera
con el
reflejo de su rayo ardiente.
Pues eres
claro y la razón es clara,
si te mira
mi Nise, en ella inspira
la justa
claridad de mi querella.
De suerte
que mostrándole su cara
le muestra
mi razón, que si la mira,
podría ser
enamorarse de ella.
Gaspar Aguilar (Valencia, enero de 1561 - Valencia, 26 de julio de 1623).
No hay comentarios:
Publicar un comentario