La vida necesita una sonrisa
que rompa la cara de la tristeza
y devuelva al mundo la belleza
con el dulce respirar de su brisa.
Puede ser pequeña, coqueta, lisa,
franca, espontánea, llena de viveza
más siempre rebosante de franqueza,
cuando surge natural y sin prisa.
Empieza poco a poco y es contagiosa
embriagando a todos de un sentimiento
repleto de paz y calma dichosa.
Deja volar libres tus pensamientos
para que así surja la flor hermosa
del amor puro sin resentimientos.
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