Grito de impotencia de
una madre del Colegio Público Emilio Lluch de Náquera (Valencia).
Conozco a la autora, sé
que es cierto lo que escribe y por eso lo transcribo. Sé que lo que escribe no lo hace con posits,
como el famoso video, ni se puede leer del revés para provocar un chiste. No
tiene doble sentido, al contrario tiene solo uno, único directo. Escribe con lápices
pequeños de los estuches de sus hijas, en el revés de las notas que traen de la
escuela, porque reciclar ya no es un deber o un derecho se ha convertido en una
necesidad.
Es una petición, un
grito desesperado. Pide a quien corresponda un Colegio nuevo, mejorado, una infraestructura
digna para los niños que están sufriendo los parches reventados que otros han
provocado.
Quizás si usa los
remiendo de los lápices que en otro momento hubiese desechado, quizás si reutiliza
las notas de la profe, quizás si come sopa de ajo y pan hecho en casa, con un
sobreesfuerzo para sus brazos artríticos, quizás así pueda llegar a fin de mes
y, respetando las horas que exige su familia a diario, dedicarse unas pocas a
ella.
Quizás si otros que
alcanzan a algo más cambiasen su forma de vivir la vida por una nueva donde
existiesen límites sensatos, que no altruistas, quizás así volveríamos a
experimentar precios justos en la alimentación, en el gas oíl; hace frio, quiere
abrigar a sus hijas este invierno.
Quizás si ocurriese eso
que llamamos milagro, ¿tiene que explicar cómo ocurren los milagros?, a los
demás nos llegaría la oportunidad de decir, con una amplia sonrisa en nuestras
caras: Feliz Navidad en espera de un próspero año nuevo.
https://www.youtube.com/watch?v=2YaYeIebaQA
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