El pareado o dístico es
una estrofa de dos versos que riman entre sí, pudiendo dicha rima ser
consonante o asonante, aunque por lo general suele ser consonante. Estos, a su
vez, pueden ser pareados de arte mayor o de arte menor y tener ambos versos la
misma medida o no.
Por ser la más sencilla
de las estrofas se ha usado en los motes y divisas de los escudos, en el
Refranero y, por imitación de los alejandrinos franceses, en el Modernismo con
versos de catorce sílabas.
Raramente se ha usado
en la poesía lírica, aunque sí en la poesía didáctica, la narrativa o la
epigramática. También abunda en los estribillos.
En la lírica
castellana, pero especialmente en la galaico-portuguesa, se ha usado una
composición basada en pareados con estribillo, llamada cosante.
Ejemplos:
Me ha salido un pareado a8
sin habérmelo pensado a8 (Popular)
De este mundo sacarás a8 (7+1)
lo que metas, nada más a8 (7+1) (Refrán)
En octosílabos (arte
menor) y rima asonante. Dentro del poema de Federico García Lorca "Lunes,
miércoles y viernes", del libro Canciones:
Ante una vidriera rota a8
coso mi lírica ropa. a8
Dentro del poema de
Alfonsina Storni "Frase":
Bravo león, mi corazón, a8
tiene apetitos, no razón. a8
En alejandrinos
franceses de gusto modernista:
Cada hoja de cada árbol canta un propio cantar
y hay un alma en cada una de las gotas del mar.
(Rubén Darío)
Otro tipo de pareados
son los Aleluyas, de versos octosílabos con rima consonante. Ejemplo:
La primavera ha venido,
nadie sabe cómo ha sido. (Antonio Machado)
Yo he hecho lo que he podido a8
Fortuna, lo que ha querido a8
(Mote del siglo XV usado por el Conde de Salinas,
XVII)
Como he mencionado
antes, no tienen por qué tener siempre la misma medida. Veamos:
Hipogrifo violento, a7
que corriste parejas con el viento A11
(Pedro Calderón de la Barca, XVII)
La alegría es un
pareado compuesto por un pentasílabo inicial y un decasílabo dividido por una
cesura en dos pentasílabos. El primer verso puede ser de seis sílabas, y en ese
caso el segundo es un endecasílabo con acento en la cuarta y en la séptima.
Lleva rima asonante.
Vente
conmigo
a las
retamas de los caminos (Popular)
Sale de la alcoba
coloradita como una amapola (Popular)
Esta estrofa, frecuente
en la lírica tradicional andaluza, puede ir seguida de un estribillo de tres
versos en que riman primero con tercero y queda suelto el segundo.
En cuanto al cosante o
cosaute (recordemos que pertenece a la lírica galaico portuguesa) es un poema compuesto por pareados
fluctuantes (o sea, de indeterminado número de sílabas). Los pareados se
relacionan entre ellos por medio de elementos paralelísticos; tras cada pareado
sigue un estribillo muy breve, generalmente un solo verso. En el primer
pareado, se plantea el tema del poema, y cada nuevo pareado repite parte del
tema del anterior y añade algo nuevo en forma de leixa-pren. Es probable que el
cosante derivara del canto y que de ahí adquiriera independencia; el solista
seguramente cantaba los pareados y el coro, o público, le respondía con el estribillo.
A aquel
árbol que vuelve la foja
algo se le
antoja.
Aquel árbol de bel mirar
face de
maña flores quiere dar.
Algo se le
antoja.
Aquel árbol
de bel veyer
face de
maña quiere florecer.
Algo se le
antoja.
Face de maña flores quiere dar,
ya se
demuestra, salidlas mirar.
Algo se le
antoja.
Face de maña quiere florecer,
ya se
demuestra, salidlas a ver.
Algo se le
antoja.
Ya se
demuestra, salidlas mirar,
vengan las damas la fruta cortar.
Algo se le
antoja.
Ya se
demuestra, salidlas a ver,
vengan las
damas la fruta coger.
Algo se le antoja.
(Diego Hurtado de Mendoza)
Pareados varios:
Me acuso de no amar sino muy vagamente
una porción de cosas que encantan a la gente
(Manuel Machado, Retrato, siglo XX)
Las hijas de las madres que amé tanto
me besan ya
como se besa a un santo (Campoamor)
justa de
alrededores
para cubrir adánicos rubores. (Miguel Hernández)
¡Qué alborozo, amado mío,
en el agua de tu río!
¡Rompiste mi cadena y mi grillete!
Y quiero ser tu esclava, tu juguete
Huele a un mundo verdadero
la flor azul del romero
¡Ay!,
cadenas de amar,
¡cuán malas sois de quebrar!
Mi inquieto corazón te reconoce,
resuena tu Pasión en mi horizonte.
En mi tierra baldía
ha brotado la fe en tu cercanía.
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