En mi pequeñez
y en mi pobreza, mis manos guardan la promesa de un verso roto sobre la mesa
que grita en la noche, harto de tanta pereza, de tanta indolencia, de tanta
carencia de sonetos lejanos y almas blancas. Poco ofrezco, poco tengo, poco
sueño, mas el sueño de una estrella vale más que el firmamento de palabras
extraviadas en legajos ilegibles y olvidados. Renovada locura, de pluma
ardiente sobre mente febril, sedienta de oír tu voz derramada sobre el folio
primaveral de un libro por comenzar.
Poema del día: "Las tres cosas del Romero", de Enrique González Martínez
(México, 1871-1952)
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Sólo tres cosas tenía
para su viaje el Romero;
los ojos abiertos a la lejanía,
atento el oído y el paso ligero.
Cuando la noche ponía
sus sombras en el se...
Hace 18 horas
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