La vida es un poema absurdo donde
amor se conjuga con desamor. Juego de
palabras carentes de razón que adjetivan bondad con maldad, sustantivan
libertad en tiranía o complementan tiempo con temor. La falacia de la verdad o
la mentira verdadera devoradora de sintagmas encadenados a falsos presupuestos
que damos por ciertos.
No sabemos si vamos o venimos, si
andamos, corremos o paramos, pues todo lo devora la voracidad del dragón.El Norte puede ser el Sur tan
solo cambia el lugar de los pies, o la inocencia de la virtud.
Al santo se le descubren los pecados y al
pecador, mudando su pasado, se eleva en el altar como modelo de virtud.
Bendito mundo donde bueno y malo
se entremezclan sin apenas marcar distancias. Vestimos los colores de tono grisáceo,
las flores se vuelven artificiales y la naturaleza se adorna con asfalto y
hormigón.
La vida absurda se cohesiona con el cemento de Dios.
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