Sobre la sanidad pública.

El artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice que:

“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez..., vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.

La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.”

Aquí, esto es lo que pienso y desconozco si existe algo al respecto, deberíamos considerar que toda persona tiene derecho a un sistema sanitario gratuito, general, integral y de calidad, debiendo los estados velar por su cumplimiento. Importa poco la raza, el sexo, el estatus social o las creencias, pero la dignidad humana exige que se cumpla este derecho asistencial para, insisto, TODAS LAS PERSONAS.

Reconocer esto implica la extrapolación de los conceptos economicistas a los que se encuentra sometida la asistencia sanitaria, entre otras cosas. No importa si es deficitario un sistema sanitario, de hecho, DEBE ser deficitario, desplegando el estado todos los medios disponibles en materia de investigación o financiero sin contraprestación de ningún tipo, ni exigir nada a sus ciudadanos. Se supone que el Estado debe velar por sus ciudadanos sin reparos, pues sin ellos el estado no tiene razón de ser.