En mi pequeñez
y en mi pobreza, mis manos guardan la promesa de un verso roto sobre la mesa
que grita en la noche, harto de tanta pereza, de tanta indolencia, de tanta
carencia de sonetos lejanos y almas blancas. Poco ofrezco, poco tengo, poco
sueño, mas el sueño de una estrella vale más que el firmamento de palabras
extraviadas en legajos ilegibles y olvidados. Renovada locura, de pluma
ardiente sobre mente febril, sedienta de oír tu voz derramada sobre el folio
primaveral de un libro por comenzar.
Poema del día: "Pieza habitacional I", de Yoko Ono (Japón, 1933)
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Tu habitación es una extensión de tu cabeza.
Si una habitación está torcida, una simple tacita en una mesa
se vuelve algo dramático.
Si lo que está torcido...
Hace 11 horas
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