Resumen de la
conferencia de D. Esteban Escudero en el curso de verano de la UCV: Dios o la
nada en la antropología de Miguel de Unamuno. Julio 2018.
2.- LA NADA COMO
LIMITACION Y CONTINGENCIA.
Tras haber estudiado en la sesión anterior las
distintas reacciones de los seres humanos ante el misterio de su último
destino, vamos a considerar en esta sesión una dimensión constitutiva de todo
ser humano, según el pensamiento unamuniano: su “nada”. El término “nada” tiene
una acepción antropológica muy importante en Unamuno, en unos casos se toma
como sinónimo del puro “no ser”, pero también lo utiliza con significaciones
distintas de la nada originaria de la que Dios creó el mundo y también de la
nada final en la que acaso el hombre se pierda tras la muerte.
En un primer acercamiento al tema estudiaremos la
nada del hombre como sinónimo de pequeñez comparado con los dos espacios
inmensos del universo o con el tiempo cósmico. Además, es un ser frágil y
quebradizo, a merced siempre de las fuerzas de la naturaleza.
Además, cuando se compara el ser del hombre, su
contingencia y su finitud, con Dios, el ser en plenitud, debe ser considerado
como una “nada”. Es tal la distancia que separa del todo divino el ser limitado
y dependiente del hombre que no le cabe otra denominación, en opinión de
Unamuno, que la de “nada”. El hombre es nada porque antes de nacer no era,
porque sólo el no-ser le pertenece en propiedad y porque si Dios lo dejase de
su mano volvería de nuevo a la nada. El ser, por lo tanto, no le corresponde en
propiedad.
Avanzando todavía más en este concepto clave de toda
su antropología, Unamuno pretende ilustrar su convicción de la precariedad de
la existencia humana y de su falta de solidez ontológica con un