Gran Teatro Cervantes de Tánger.



Compadreos (in)culturales y la pérdida de vestigios coloniales que olvidó la memoria histórica de los unos y de los otros. Cesiones que unos pactaron y otros ejecutaron. Tapadillos que ocultan nuestras grandezas patrias. El Teatro Cervantes, a veces llamado gran Teatro Cervantes, es un teatro inaugurado en Tánger (Marruecos) en 1913, donado al Estado Español en 1928 y especialmente famoso durante los años 1950. Con un aforo de 1400 butacas, fue, por mucho tiempo, el teatro más grande y más conocido del norte de África.
Desde el primer momento atrajo a importantes artistas de la época, que actuaban para la amplia y diversa población que residía en Tánger, ciudad que estaba bajo administración internacional. En el teatro se representaron obras como Otelo, de Shakespeare, o Saladin, de Nagib Hadded, organizada por la compañía El Haded, formada por jóvenes artistas musulmanes de la ciudad. Por su escenario pasaron Enrico Caruso, Estrellita Castro, Carmen Sevilla, Imperio Argentina, María Caballé, Catalina Berreno, Antonio Machín, Manolo Caracol, Lola Flores, Pepe Marchena o Juanito Valderrama.
Durante décadas, desde mediados de los 70, los distintos gobiernos españoles, tanto del PP como del PSOE, lo dejaron aparcado, abandonado, olvidado y lentamente inició su triste agonía hasta llegar al estado ruinoso que se encuentra en la actualidad. En el año 2006, el Ministerio de Cultura de España, gobernando José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), empieza a quitarse la paja firmando un convenio con el gobierno de Marruecos para destinarlo a usos culturales. Sin embargo su estado sigue deteriorándose. El 4 de mayo de 2007, el Consejo de Ministros destinó 94.134,56 euros a la reparación urgente del teatro, aquejado de graves problemas estructurales. Desconozco si en su totalidad se destinaron a dar alguna solución al problema pero era poca cosa para tan glorioso pasado. Una parcheado más en su continuo deterioro. La decisión vino sigilosa como desliz amable en dama respetable. Las negociaciones para desprenderse del que fuera un inmueble de indudable valor arquitectónico y cultural arrancaron en 2016, con el ejecutivo de Mariano Rajoy, del PP (EL PAÍS 9/2/19).
La ejecución del acuerdo, el pelotón de fusilamiento para tan noble recuerdo, se publicó en el BOE del 20 de marzo de 2019, con el gobierno del PSOE y la aplicación provisional del Protocolo entre el Reino de España y el Reino de Marruecos  para  la  donación  irrevocable  de  la  propiedad  del  «Gran  Teatro Cervantes» de Tánger, hecho en Rabat el 13 de febrero de 2019.
“Donación irrevocable” tristes palabras para tan Gran Teatro. Otro de los tantos olvidos de los “padres de la patria”, la caída de un vetusto torreón de nuestro glorioso pasado, otra vergüenza nacional que se maquilla con el coste económico o el olvido de los medios. Pueblo español, que buen vasallo si hubiera buen señor.

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– Contra hidalguía en verso -dijo el Diablillo- no hay olvido ni cancillería que baste, ni hay más que desear en el mundo que ser hidalgo en consonantes. (Luis Vélez de Guevara – 1641)

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