Cris creyó descubrir en
la profundidad de Cojuelo
un cierto tono de
benevolencia cuando dijo:
―Si no luchas por tus
ideas, otros lo harán por
las suyas y no tienen
por qué ser las tuyas. El que en
casa se quede que nada
espere, pues la lluvia cae por
igual en todos los
campos, pero aquellos que están
sembrados son los que
producirán, en el resto matorrales
crecerán. Mis hermanos
ya se encargan de confundir
para que las cosas de mal
a peor puedan ir.
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