Tendrá
que bajar al pueblo esquiando,ahora que todo está cerrado ya, todo vacío, pero
no importa; el paisaje ha sonreído y le ha recordado algo hermoso que no puede
definir, pero que lo abarca todo: su niñez, la muerte; algo que la hace avanzar
entre la noche blanca; algo que la espera para siempre y que es más que
alguien: el esplendor de la vida.
“El bosque de Serbal”. Teresa
Garbí.
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