Romance de un galán que no osaba declararse (...) (Bernardo Catalá de Valeriola, Valencia 1568 - León 1608)

ROMANCE DE UN GALÁN QUE NO OSABA DECLARARSE A SU DAMA POR INCONVENIENTES

Niña del copete rubio,
¿qué espantajo hay en tu calle
que tiene todos los días
acorados tus galanes?
Pensará que las garzotas
los hace garzas reales,
o por las pintadas plumas

piensan que son otras aves.
Mas es trabajo perdido,
que bastan tus ojos graves
para matallos de miedo
sin que con bultos los maten.
Uno de los menos vistos
soy yo que por recatarme,
no doy licencia a mis ojos
para que puedan mirarte:
de los aires me recelo,
según te guardo los aires,
y aun sin levantarlos temo
que rabias no me levanten.
Sordo y mudo te he servido,
mira qué dos calidades
para recabar pidiendo
lo que pidiendo ha de darse.
Pasando por tus balcones
de los sangrientos ijares
del caballo bullicioso
aparto el largo acicate,
porque sus corvetas locas
tus cuerdas guardas no espanten,
que con arrebatos necios
te ofenden todas las tardes.
Hecho un Tántalo de gustos
todos mis días son martes,
riñendo con mis deseos
porque no riña tu madre.
Si mucho dura la historia
bien podrán a pocos lances
en el cielo de Cupido
por mártir canonizarme;
pasaré mudo a su gloría
sin que de mis penas trate,
pues sobre ser tan antiguas,
barrunto que no las sabes.

D. Bernardo Catalá de Valeriola  (Valencia, 26 de octubre de 1568 – León, 2 de noviembre de 1608)


Cojuelo corre:




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