Oh Virgen, madre de toda esperanza
acude pronto y ven. Ven a ayudarme
y pide a quien mi bien quiso crearme
pues solo en ti se confía mi fianza.
No sé si bien
dirigir mi alabanza
mas sé yo
bien que en ti puedo confiarme
y que jamás
tu querrás alejarme
de quien perdona
tan torpe templanza.
Yo sé que
perderme puedo en la muerte
y que es Supremo
el poder que te envía
que quiere
no me extravíe la suerte.
Te ruego que
no me olvides el día
que sobre
mí la oscuridad se vierte
pues tú eres
luz que ilumina y me guía.Miguel Navarro
Recuerda que mi novela narrando las travesuras del diablo Cojuelo en la España del siglo XXI la puedes encontrar en
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