De esta forma llegaron a
Valencia, enseña del Mediterráneo, madre adoptiva de Rodrigo Díaz de Vivar,
rosa perfumada de Levante y orgullo español, semáforo de Europa, murciélago
ruidoso en noches de verano, cuna de flores y naranjos, de luz y de colores, de
pólvora y arrozales, eterna tercería en capitalidades hispanas, esplendoroso
contraste de pasado y futuro que pierde el presente, sastrería de moda, inversora
de los siete pecados capitales y algunos otros provincianos, circuito de
carreras en la fuga de cerebros, pescadora de sueños pecadores, velero al
viento descuajado por huracanes trapicheados. Pueblo trabajador, mestizo y
afable, que reúne en sus calles esfuerzo y sudor, penas y alegrías, amabilidad,
humor y amor… (Aventuras y Desventuras de un Diablo Cojo, Capítulo XVII)
Peces abisales – Rosa Ribas
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El animalico que acompaña al libro en la foto no es un pez abisal, pero
avisa al pez. ¿De qué? Su presencia le advierte de que quizá se haya
acercado...
Hace 2 horas
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